La búsqueda a contra-reloj de un raro y preciado objeto es la base de todas las historias de aventuras sin importar su ubicación en el tiempo y el espacio ni la personalidad de sus héroes. A pesar de la universalidad de las historias sobre el Vellocino de Oro, el Santo Grial, el Anillo Único o la Figurita Difícil, hay un sólo objeto que asocio inmediatamente con una aventura a punto de empezar: el Mono de Jade. De acuerdo con el señor Burns, el mono de jade debe ser hallado antes de la próxima luna llena. Nunca sabemos cómo es ni para qué sirve porque el señor Smithers le informa al señor Burns que el mono de jade había sido encontrado en su guantera. La aventura termina antes de empezar pero la búsqueda del mono de jade es una útil metáfora para una tarea imposible.
Cuando uno se cansa de escuchar “lo quiero para ayer”, buscar su propio mono de jade es una buena manera de escapar a la rutina. No tiene por qué ser un King Kong de jade, después de todo se trata de la imaginación de cada uno y además, estrictamente, los gorilas no son monos sino simios. Buscar pequeños monitos de jade de vez en cuando, los encontremos o no, oxigena el cerebro. Hace menos de un mes empecé a buscar un mono de jade y debo confesar que finalmente siento que estoy haciendo algo útil. Cuando lo encuentre, se los muestro.